lunes, 13 de junio de 2011

Ayn Rand. Su lado oscuro

Hay una faceta en el pensamiento de Ayn Rand que se escapa a toda lógica, dando al traste con una filosofía que se podría calificar de impecable. Me refiero a su inamovible postura a favor del aborto libre. Siempre que me he tropezado con alusiones a sus ideas sobre este asunto, he preferido mirar hacia otro lado, sin detenerme a escuchar semejantes manifestaciones, hasta que hace poco me detuve en unas declaraciones suyas que se pueden ver en YouTube. En ellas defiende contra viento y marea el derecho incuestonable de la mujer en disponer de su propia vida en todo momento, incluso cuando decide "interrumpir" su embarazo. Eso es llevar hasta sus últimas y delirantes consecuencias el concepto de libertad, que solo matiza un poco, y con cierta ironía no carente de humor, todo hay que decirlo, en el caso del suicidio.
Si aceptamos, con ella, que la violencia solo se justifica como reacción a una agresión previa; que solo tiene validez lo real, lo que es, que es la única materia sobre la que puede trabajar la razón, la sola fuente de conocimiento y que, por lo tanto, hay que huir de la contradicción como del fuego, debemos asumir que esta defensa a ultranza de una de las mayores barbaridades cometidas por el hombre no tiene justificación alguna.
Ella, como tantos otros ahora y siempre, arguye que el feto-embrión-cigoto o como queramos llamarlo no tiene vida, no es una entidad, ni siente ni padece y, por lo tanto, podemos deshacernos de él como si de un quistecillo se tratara. Primera contradicción: lo que es es, y lo que no es nunca podrá llegar a ser. ¿Cómo es posible que lo que sea en un momento dado proceda de un no-ser? Creo que una piedra nunca podrá llegar a ser un árbol...
Ayn Rand expone magistralmente que la violencia solo se puede justificar cuando responde a una agresión previa no suscitada. Cita el caso de aquella persona que, al ser violentada y al sentir su vida en peligro, asesina al ladrón en legítima defensa. Concluye que el ladrón, al intentar matar a su víctima, obtendría un beneficio: el botín, pero el agredido no sacaría ningún provecho al asesinar al criminal, salvo su propia vida. Segunda contradicción: en el caso del aborto la madre obtiene un beneficio (no ver modificadas o pospuestas sus expectativas y proyectos de vida), pisoteando los derechos de otro (el principal: su vida, puesto que es) que ni siquiera es capaz de defenderse.
Considero que no es necesario traer otro tipo de argumentos, ya sean de tipo trascendente o de naturaleza biológica, que los hay y de muchísimo peso, pues mi caso no era hacer una crítica al aborto, si no al empecinamiento de Ayn Rand en una cuestión que no ha hecho más que sustraer seguidores a una filosofía muy necesaria hoy en día, aunque haya ganado para su causa a un buen número de hedonistas de toda laya, denunciados por ella en su momento, que han desvirtuado el cuerpo de su doctrina.

3 comentarios:

Nemo dijo...

Rand tiene un lado majareta que brota en cuanto se le da cuerda. Como muchos locos, parecen lucidísimos durante un rato, o cuando hablan de un tema. Pero si esperas y le observas, más pronto que tarde, empieza a desvariar, y ves su verdadera dimensión. Como un reloj parado, que da la hora bien dos veces al día, un loco puede hilar fino puntualmente, pero el conjunto de su conducta no es normal, ni asumible. Rand fundó en torno suyo una secta. No un grupo de fans o de pupilos, sino una secta hecha y derecha. En esto del liberalismo militante, como en todo, hay mucho de opio, y sacerdotes.

Nacho Díaz-Delgado Peñas dijo...

Puede que tengas razón si nos fijamos en el radicalismo de sus propuestas, sobre todo el rechazo frontal a cualquier forma de Estado y, lo que a mi me choca absolutamente, en esto del aborto. En cuanto al individualismo como solución de los problemas, consistente en la afirmación del YO y la reivindicación del orgullo personal y de la búsqueda de la felicidad como meta final del hombre, no parece ser una idea descabellada. Reconozco que sus novelas y ensayos me han influido bastante, pero tampoco abrazo al cien por cien sus propuestas, pues, como he apuntado, considero que tiene que existir un Estado, no tan mastodontico como el actual, sometido a todo tipo de control.

Unknown dijo...

Saludos, Any Rand no le gusta ir a la deriva, y solo confia en sus pruebas, esto no esta mal, cada quien camina mejor con el bastón que escoge (baston=filosofia) ningun ser humano tiene la respuesta exacta a las cosas puesto que cada uno tiene una experiencia de vida diferente. en mi opinión cada ser es libre de seguir sus instintos (abortar, creer en Dios) vivir relajado o abrir caminos, aunque siempre sera crucificado por su visión de libertad, justamente por aquellos que se condicionan y no pueden experimentar su propia libertad, yo vivo libre y creo solo en aquello que puedo comprobar, mas no soy rigido como para rechazar la existencia de algo que aun no puedo percibir.